Descripción
En esta obra el autor expone una serie de meditaciones sobre el sentido del sufrimiento que, cuando es bien asumido, se le llama cruz de Cristo.
Ahora bien, la cruz no se puede llevar solitariamente, pues hasta Cristo necesitó de un Cirineo. Entonces nadie puede creerse tan autosuficiente como para llevar solo su cruz, ya que nuestra cruz la podemos llevar sólo acompañados de Cristo, porque Él es quien nos va abriendo camino y nos hace de Cirineo cuando ya no aguantamos.
Jesús no sólo nos invita a acompañarlo a llevar la cruz, también nos enseña cómo debe llevarse.
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