Descripción
Hay muchas maneras de elevar la mente a Dios. Y hacerlo, es una de las mejores cosas a las que podemos dedicar nuestra atención. Elevar la mente a Dios siempre es fructífero, ya que Dios siempre nos mira con amor y está atento a lo que pasa por nuestro corazón. Y tiene tanto que decirnos. Tanto, tanto que es necesario abrir más el cauce para poderlo escuchar cada vez con mayor claridad y con mayor gusto. El Rosario es un cauce privilegiado por el que Dios nos habla.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.