El sentir de la vida

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Descripción

Para alcanzar una vida buena -en palabras de Aristóteles- no es suficiente hacer un buen uso de la inteligencia. También el corazón solicita su necesario espacio. Los sentimientos son los que tienen la última palabra para que la felicidad vaya revestida de consuelo y compañía (en una convivencia gratamente compartida).

El prestigio de la razón no debería oscurecer -y todavía menos descalificar- a los sentimientos. Esta ha sido la intención al escribir estas páginas. Nuestra fragilidad y vulnerabilidad, propias de la condición humana, cuando son arropadas por los buenos sentimientos, transforman nuestra debilidad en fortaleza.

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¡Por favor, háblame del amor!

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¿Cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos? Una cuestión que podemos plantearnos cuando surgen sus primeras preguntas, conmovedoras y… sorprendentes al mismo tiempo. ¿Cómo hacerlo? ¿Con una respuesta tan poética como evasiva a riesgo de eludir y retrasar las auténticas respuestas? ¿Habrá que preservar la «inocencia» de nuestro hijo durante el mayor tiempo posible, disculpándonos con nuestra vergüenza o con la excusa de nuestras ocupaciones?

Y, con todo, ¿cómo hablarle de la vida y del amor? Porque nuestros hijos esperan que les hablemos de amor, y que demos un sentido a las cosas. Preguntan el «porqué». Con demasiada frecuencia, el problema radica ahí. La educación sexual contemporánea ofrece respuestas al «cómo», pero permanece muda ante los «porqué» de nuestros hijos. Hoy son cada vez más numerosos los jóvenes que se sienten engañados y lo confiesan. Están super-informados sobre el sexo y lo que esperan es que se les hable de amor.

Esta obra es un auténtico manual que pretende ayudar a los padres en su tarea de proporcionar la educación sexual en el seno de la familia. Porque es a nosotros, padres, a quienes corresponde encontrar las palabras -nuestras palabras- para hablar a los hijos. Y serán las mejores, porque surgen del corazón y ¡porque conocemos y amamos a nuestros hijos más que nadie!

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